Espectadores folclóricos

Huellanegra octubre 3, 2021

Obra, contexto y composición digital «Espectadores folclóricos», reflexión sobre el uso interesado del acervo cultural y folclore por parte de la sociedad.

España ha sido, es y será por su situación geográfica, un enclave esencial para el asentamiento de distintas culturas y civilizaciones. Todas ellas a su paso, en mayor o menor medida, han dejado rastro de sus ritos y costumbres, siendo alguna de ellas consideradas aún a día de hoy, muestra de orgullo, meritorio de enarbolar la bandera y sacar a la luz a la mínima oportunidad que se nos presenta, nuestro empeño en convertirnos en adalides del buen vivir y de las tradiciones patrias.

Nos ofendemos cuando algo que identificamos como pilar de nuestra idiosincrasia popular es tratado de modo incorrecto (a nuestro entender) y una cosa tan trivial como los elementos que forman parte de una paella puede convertirse en todo un debate en el que dar rienda suelta a nuestras rencillas históricas. En cierto modo esto no tiene porque ser algo negativo, ya que nos permite mantener vivo y latente el fundamento que nutre lo que a día de hoy somos como sociedad. Entender nuestro pasado y los elementos que dan forma a las distintas escenas hace que pueda perdurar en el tiempo.

Todo conocimiento que se olvida es conocimiento que se pierde.

El problema radica cuando adoptamos una actitud cerrada y negativa; simplemente nos ceñimos a la idea original y todo aquello que sea fruto de una evolución es desechado y menospreciado; da igual que cambies el nombre o que el término que se emplee para designarlo sea inventado; si hay un ápice de referencia a lo original nos decantamos por aquello de lo que ya tenemos referencia, que es seguro, permanece estable y que, si no ha evolucionado durante todo este tiempo, “por algo será”.

Y hay que reconocer que hasta para nuestra propia cultura popular somos discriminatorios selectivos y una misma acción o acto puede ser motivo para agitar bien alto nuestra rojigualda como símbolo de orgullo o un motivo por el que encasillar y atribuir aspectos negativos a un grupo. Por ejemplo, si un noticiero español recoge en una nota de prensa que una importante multinacional japonesa ofrece a sus trabajadores salas para descansar 20min después del almuerzo, todo es algarabía ya que, como bien sabemos los españoles, una pausa tras la comida contribuye a mejor descanso del trabajador y por lo tanto, a obtener una mayor productividad; en cambio si ese mismo noticiario publica que cierto tanto por ciento de los andaluces realiza la siesta a diario, la opinión general será, como bien sabemos los españoles, que los andaluces son vagos y que el tiempo que estén durmiendo es tiempo en el que que no están haciendo palmas.

Discriminamos; ya hemos visto que podemos actuar en distinto grado y hasta convertirnos en elementos pendulares de la tradición, a favor o en contra (como el buen aficionado al equipo de su pueblo mientras juega la fase de ascenso de categoría) pero además somos reticentes y establecemos un muro defensivo con otras costumbres si estas provienen de nacionalidades o grupos sociales distintos a los nuestros (con concertina, doble de altura y hasta un foso con cocodrilos hambrientos si se trata de “pobres”) sin tener la más mínima referencia sobre su origen (cosa tampoco nos importa mucho) renunciando así a la posibilidad de nutrirnos de nuevas ideas o ritos que puedan formar la base de una nueva tradición que, a futuro, permita agitar nuevamente nuestro brazo como muestra de orgullo.

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Espectadores folclóricos nace como reconocimiento a la cultura y folclore español y al mismo busca un punto de reflexión sobre el uso interesado por parte de la sociedad.

PD: Son varios los tópicos típicos (como la propia expresión) empleados para dar forma al relato y he de reconocer que se va diluyendo a medida que la regeneración generacional acontece, pero hay ciertos puntos que no cambian.